En yoga, todo es una invitación a observar. El cuerpo, la respiración, los pensamientos… y también el mat.
Ese espacio rectangular que desplegás una y otra vez no es solo una base: es un reflejo de vos mismx.
Hay días en los que lo desplegás con ganas. Otros, con dudas. A veces te entregás por completo, y a veces contás los minutos para que termine. A veces fluís, otras te frustrás. Pero siempre volvés.
Y está bien. Eso también es práctica.
Lo interesante es que, si te animás a mirar con honestidad, el mat puede volverse un espejo. No uno que te muestre cómo te ves, sino cómo te habitás.
💠 El mat como espacio de verdad
No hay filtros, no hay máscaras. En el mat, en tu práctica, sos vos, con lo que hay ese día.
Y eso que hay —esa forma de moverte, de parar, de insistir o de soltar— dice mucho de cómo vivís también fuera del mat.
🌿 ¿Cómo llegás al mat?
¿Con prisa, como si fuera una obligación más?
¿Con ansiedad de hacerlo “bien”?
¿Con culpa por no haber practicado antes?
¿O con presencia, con entrega, con curiosidad?
Todo eso se ve en tu práctica. Todo eso lo sostiene tu mat.
💬 Lo importante no es cómo se ve, sino cómo se siente
No importa si hacés posturas avanzadas o si pasás toda la clase en savasana. Lo que importa es qué pasa adentro. Y si prestás atención, ese diálogo interior también se transforma.
En el mat no hay ruido. No hay pantallas. Solo vos.
Y ahí aparecen las voces que casi no escuchás en el día a día.
“Esto no me sale”,
“No soy suficiente”,
“¿Por qué no puedo hacer lo que hacía antes?”
O también:
“Hoy me sentí bien conmigo”,
“Necesitaba esto”,
“Estoy presente”.
Y en ese diálogo, suave o crudo, también hay transformación. A veces las preguntas y reflexiones incómodas son las que más nos atraviesan y por eso son tan necesarias.
💜 Tu práctica es única. Tu proceso también.
Por eso, elegir con qué y cómo practicás también es parte del camino. Porque es ese lugar que te recibe como estás. Que no te exige más de lo que podés dar.
Pero también puede ser ese espacio donde empezás a ser más sincerx, más amable, más consciente.
Creá un espacio propio, íntimo, amoroso. Uno que te acompañe como vos necesitás.
Tu mat no es solo un objeto.
Es testigo. Es sostén. Es espejo.
Y a veces, es la forma más simple que tenemos de volver a nosotrxs.
¿Querés un mat que esté a la altura de todo eso?
👉 Descubrí los mats Adho Mukha