Dormís… ¿pero descansás?

Dormís 8 horas pero te levantás agotadx. ¿Te suena?

El Yoga Nidra no es magia, pero puede sentirse como tal. Es una técnica de descanso profundo, con base científica y tradición yóguica, que muchos practicantes adoptan para complementar su rutina… acostadxs.
Sí, leíste bien: sin moverte. Sin forzar. Sin posturas. Solo entregándote al descanso consciente.

¿Qué es el Yoga Nidra?

Yoga Nidra significa literalmente sueño yóguico.
Se trata de una forma guiada de meditación profunda que se realiza en postura de relajación, generalmente acostadx en savasana. Durante la práctica, el cuerpo entra en un estado de descanso total mientras la mente se mantiene apenas consciente.

Lo que lo diferencia de otras meditaciones es ese punto intermedio entre estar despiertx y dormidx. Es el momento justo donde la mente suelta el control, pero aún no se duerme. Y ahí ocurre lo interesante: el sistema nervioso entra en reposo profundo, se suelta la tensión acumulada, y aparece una sensación de ligereza, calma y restauración real.

Esta técnica fue difundida por Swami Satyananda Saraswati, pionero en sistematizarla y presentarla como práctica accesible para el mundo contemporáneo.

Beneficios comprobados del Yoga Nidra

Cada cuerpo lo siente distinto, pero la ciencia y la experiencia coinciden: el Yoga Nidra tiene múltiples beneficios, incluso si sólo lo practicás una vez por semana.

Entre los más destacados:

• • Reduce el estrés y la ansiedad: activa el sistema nervioso parasimpático, bajando el ritmo cardíaco y la tensión.
  • Mejora la calidad del sueño: incluso si no reemplaza al dormir, ayuda a dormir mejor.
  • Fortalece la concentración y la claridad mental: al aquietar el flujo constante de pensamientos.
  • Regula el sistema nervioso: ideal para quienes viven en estados de alerta constante o fatiga crónica.
  • Complementa la práctica física: ofrece un espacio de integración, muy útil después de clases exigentes o días intensos.

Estudios recientes sugieren que 30 minutos de Yoga Nidra pueden tener efectos restauradores similares a varias horas de sueño ligero.

¿Cómo se practica el Yoga Nidra?

Una de las mayores ventajas de esta técnica es que cualquier persona puede practicarla. No hace falta experiencia previa. Sólo necesitás un espacio tranquilo y la disposición a soltar el control por un rato.

📌 Guía paso a paso:

1) Prepará tu espacio: en lo posible, en silencio y con luz tenue.

2) Extendé tu mat en el piso, asegurate de que esté limpio y plano.

3) Acostate boca arriba en savasana, con los brazos al costado del cuerpo.

4) Tapate con una manta liviana si es invierno o tu cuerpo se enfría fácilmente.

5) Reproducí una meditación guiada. Podés buscar en apps como Insight Timer, o incluso en YouTube buscando “Yoga Nidra en español”.

Lo único que tenés que hacer es dejarte llevar por la voz que guía. No se trata de visualizar bien, ni de “hacerlo perfecto”. Sólo de entregarte a la experiencia. Al principio te va a costar, eso es casi seguro, pero no dejes que te desanime.

¿Qué mat usar para Yoga Nidra?

Aunque no haya movimiento físico, el mat importa mucho. Porque en Yoga Nidra, estás completamente en contacto con el suelo durante 20 a 40 minutos… sin cambiar de posición.

Un mal mat puede enfriarte, incomodarte o distraerte.
Un buen mat… puede desaparecer. Te sostiene, te abraza, y te deja estar.

¿Qué debería tener un mat para Yoga Nidra?

- Amortiguación suficiente: para que no sientas el suelo duro.

- Buena aislación térmica: especialmente en invierno.

- Libre de químicos: nada de olores o texturas plásticas que interrumpan tu calma.

¿Qué mats de Adho Mukha recomendamos para esta práctica?

- Strong (6 mm): máximo confort y amortiguación. Ideal si querés profundidad en la relajación.

- Balance (5 mm): suave, firme y estable. También es excelente si combinás Yoga Nidra con prácticas más dinámicas.

- No Rules (4 mm): un mat todo terreno con buena base y comodidad asegurada.

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Si nunca lo probaste… esta es tu señal

Yoga Nidra no reemplaza al sueño.
Pero lo complementa. Lo potencia. Y muchas veces, lo salva.

Tu cuerpo lo necesita. Tu mente, también.
Y lo único que tenés que hacer… es acostarte.